viernes, 3 de junio de 2016



SEMANA 5

lectura para comprender 1 pregunta del modulo,

Humanista antioqueño (Azuero, hoy Don Matías, octubre 12 de 1884 - Bogotá, octubre 18 de 1967). La extensión temática y bibliográfica de su obra, los largos listados de cargos y asociaciones, la exaltación y la apología son los rasgos sobresalientes en las referencias a la vida y obra de Luis Eduardo López de Mesa. Hijo de Bartolomé López de Mesa y Virginia Gómez, tenía ascendencia española e inglesa. Se educó bajo la protección intelectual de su tío el obispo Antonio López de Mesa, cuya biblioteca lo acercó al conocimiento de la gramática y la historia.
Se graduó de bachiller en el colegio de San Ignacio, en Medellín, y en 1907 se trasladó a Bogotá para estudiar medicina en la Universidad Nacional, donde se graduó en 1912. Se especializó en psiquiatría y psicología en la Universidad de Harvard, en 1916; y entre 1918 y 1922 realizó estudios en Inglaterra y Francia, y viajó por Italia, Alemania y Grecia. En 1917 fue elegido concejal de Bogotá, y luego fue diputado a la Asamblea y representante a la Cámara.
En cuanto a su actividad pedagógica, entre 1912 y 1916 se desempeñó como profesor de historia de la medicina, de sociología americana y de estética e historia del arte, en la Universidad Nacional. El hilo conductor de gran parte de su elaboración teórica fue el concepto de educación que, junto con la raza, la economía y la "voluntad creadora", consideraba como factores del desarrollo. En 1934, durante la administración de Alfonso López Pumarejo, fue nombrado ministro de Educación. Desde este cargo impulsó su programa Cultura Aldeana, que recogía la idea de elevar el nivel cultural del pueblo colombiano a través de la educación en las zonas rurales. Creador de la Biblioteca de Cultura Aldeana, aspiraba a llevar a todos los rincones del país lo mejor de la cultura y la ciencia.
Con este programa, dice Carlos H. Uribe, no se trataba exclusivamente de mejorar la instrucción académica en los establecimientos de enseñanza, como [podría] esperarse de una política tradicional del Ministerio de Educación, sino de transformar el ámbito social y cultural de la comunidad, revolucionando sus hábitos alimenticios, de construcción, de vivienda, de vestuario y moblaje; civilizando sus costumbres recreativas, instaurando la práctica de la lectura y la discusión ilustrada. La Casa Social y la Biblioteca de Cultura Aldeana se convirtieron, entonces, en sus instituciones más representativas; la primera como sitio de encuentro y difusión, y la segunda como medio de distribución y publicación de textos.
Cuando renunció al Ministerio en 1935, López de Mesa dejó de lado este proyecto, pero no abandonó el interés por temas educativos como la presencia de profesores extranjeros en Colombia, especialmente alemanes, la fundación de normales rurales, la introducción de nuevas cátedras y la reforma humanística del bachillerato (con estímulo a las lenguas vivas y una antropogeografía de Colombia). La cultura fue el objeto de estudio de la mayoría de sus escritos, siempre relacionada con el determinismo biológico y geográfico y el problema de las razas. Sus ensayos, los artículos que publicó en prensa y revistas y, en general, sus numerosas publicaciones, expresaron su proyecto civilizador, ese proceso de desarrollo que incluía, según él, raza, industria, cultura y misión histórica.

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